lunes, 15 de enero de 2018

REFLEXIÓN SOBRE EL DIAGNOSTICO

Las instituciones educativas se encuentran, en los últimos años, ante un gran reto social: la inclusión de un enfoque socioiformativo que permita utilizar la información, el fomento del trabajo colaborativo y las herramientas tecnológicas disponibles para mejorar los niveles de desempeño de los estudiantes. En este sentido, el diagnóstico emerge como una herramienta que permite recabar información valiosa acerca del estado que guarda la escuela, es decir, se convierte en un insumo de relevancia fundamental para el conocimiento de las condiciones de trabajo de los actores educativos.

Históricamente el diagnóstico estaba concebido como un instrumento que solamente valoraba los conocimientos de los alumnos sin considerar otros aspectos, con el nuevo enfoque educacional se pretende que además de lo anterior se revisen también las prácticas pedagógicas de los maestros y del propio director como figuras preponderantes en la promoción de los contenidos curriculares, los recursos con que cuenta la escuela, las condiciones socioeconómicas que afectan a la enseñanza y al aprendizaje, las planeaciones de clase, la forma de evaluar y los resultados obtenidos de las evaluaciones externas. Todo lo anterior en su conjunto dará como resultado la obtención de un panorama general sobre la eficiencia del servicio educativo de la escuela.

El director en su nuevo rol de gestor que conoce la escuela y el trabajo en el aula, que mejora continuamente para asegurar un servicio educativo de calidad y que se enfoca en mejores procesos de gestión y organización escolar para promover la mejora de los resultados educativos mediante la promoción entre sus compañeros maestros de practicas educativas profesionales que impacten en los aprendizajes esperados, debe tener en cuenta las características el universo escolar con la finalidad de planificar en CTE una ruta de Mejora que considere en primer lugar la identificación de las problemáticas educativas, en segundo lugar las causas que la originan, tercero la priorización de la problemática a abordar, luego el establecimiento de objetivos, metas y actividades encaminadas a la mejora y finalmente realizar un análisis de la misma, considerando la identificación de los obstáculos, los logros, las dificultades y los resultados de aprendizaje obtenidos.

Como puede verse, la tarea directiva no es nada sencilla y además debe considerar un ambiente de trabajo adecuado que promueva la sana convivencia laboral y profesional entre los actores educativos y los padres de familia. En suma, con el trabajo colaborativo que establece el enfoque socioformativo, el uso de la información recabada por instrumentos eficaces de diagnóstico, la implementación de estrategias que promuevan la mejora de la calidad educativa y los adecuados procesos de gestión del director, se podrá avanzar hacia los objetivos que el nuevo modelo educativo exige.