PARADIGMA
CONDUCTISTA
El
Conductismo a parece a mediados de (1910-1920), como reacción frente a la
psicología de la introspección y se consolida en 1930. Este paradigma se
originó en las primeras décadas el siglo XX y su fundador fue J. B. Watson. De acuerdo
con J. B. Watson en el paradigma conductista tenía que olvidarse del estudio de
la conciencia y los procesos mentales (procesos inobservables) y, nombrar a la
conducta (los procesos observables) su objeto de estudio. Utilizando para su
estudio métodos objetivos, como la observación y la experimentación.
E. R. Guthrie (1938), menciona que es necesario desarrollar una instrucción específica en lugar de una instrucción general, es decir, se requiere especificar los objetivos, fragmentar la tarea en sus componentes más pequeños y hacer correcciones precisas y puntuales. E. L. Skinner (1970), expresa “enseñar es expandir conocimientos, quien es enseñado aprende más rápido que aquel a quien no se le enseña”. El trabajo del profesor, entonces, consiste en arreglar conjuntos de estímulos y condiciones de reforzamiento, particularmente los de naturaleza positiva y evitar los negativos (castigos).
Para
E. L. Thorndike, el aprendizaje es un proceso gradual de ensayo y error a
partir del cual formula su ley del efecto; afirma que cuando un acto va seguido
de una recompensa tiende a repetirse, mientras que si lo acompaña un castigo
disminuye la probabilidad de su repetición, la repetición o entrenamiento en
una tarea facilita el que se pueda realizar con menos esfuerzo.
Bandura Albert (1969, 1977) nos habla del aprendizaje por modelado, comenta que si vas a aprender algo, necesitas estar prestando atención, pero aún con todo esto, todavía no haremos nada a menos que estemos motivados a imitar, es decir, a menos que tengamos buenas razones para hacerlo.
La
enseñanza es una forma de “adiestrar–condicionar” para así “aprender –
almacenar”, desconociendo los aspectos más profundos del aprendizaje y
reforzando una pedagogía centrada en las conductas observables, la programación
es el instrumento facilitador de este adiestramiento. Le dan poca importancia a
los sentimientos y los valores en el proceso del aprendizaje humano.
Según
(Pozo J. I, 1989) el punto de vista conductista defiende que cualquier conducta
puede ser aprendida, porque la influencia del nivel psicológico y las
diferencias individuales es mínimas; lo básico es identificar adecuadamente los
determinantes de las conductas que se desean enseñar, la utilización eficaz de
las técnicas y los programas que posibiliten llegar a las metas trazadas.
Para
los conductistas en la relación educación – aprendizaje – desarrollo, estos
tres conceptos son sinónimos; se igualan: El desarrollo es cuantitativo,
dependiendo de los estímulos externos; el individuo es un ser pasivo, reactivo,
reproductivo, que no elabora significativamente, no transforma lo que aprende
sino simplemente que lo refleja (modelación).
Se ve al alumno como un sujeto cuyo desempeño y aprendizaje escolar pueden ser arreglados o rearreglados desde el exterior (la situación instruccional, los métodos, los contenidos, etc.), basta con programar adecuadamente los insumos educativos, para que se logre el aprendizaje de conductas académicas deseables.
El
docente es visto como un ingeniero conductual que realiza arreglos
contingenciales para incrementar conductas deseables y decrementar los
indeseables. El trabajo del maestro consiste en desarrollar una adecuada serie
de arreglos de contingencia de reforzamiento y control de estímulos para
enseñar.
La
evaluación se centra en los productos del aprendizaje y no en los procesos, lo
que interesa saber es que ha conseguido el alumno al final de un ejercicio, una
secuencia o un programa determinado sin ir más allá en busca de los procesos
cognitivos, afectivos, etc. que intervienen durante el aprendizaje.
PARADIGMA
HUMANISTA
La
psicología humanista es una escuela que pone de relieve la experiencia no
verbal y los estados alterados de la conciencia como medio de realizar nuestro
pleno potencial humano. Nace como parte de un movimiento cultural más general
surgido en Estados Unidos en 1960 y que involucra planteamientos en ámbitos
como la política, las artes y el movimiento social denominado Contracultura.
Sus
principales representantes son A. H. Maslow, C. Rogers y G. Allport, toman a la
persona como centro, basada en la creencia, en su libertad de elección, para
decidir sus propios planes, metas, entre otros aspectos.
El movimiento de la Psicología Humanista, entiende al Ser Humano como parcialmente libre, el cual posee un margen de libertad de elección del cual es responsable y coadyuva conjuntamente con lo anterior en la conformación del individuo como Persona única e irrepetible.
Según (B. Castellanos, 1995) el hombre y la mujer desde el prisma humanista, son ante todo personas totales, dotadas de un potencial único de desarrollo; son sujetos singulares, activos, complejos, integrales, unidades creadoras en permanente dinámica. Este paradigma vino a llenar un vacío referente al domino socioafectivo y las relaciones interpersonales.
La tesis central de este modelo educativo es el aprendizaje máximo de cada alumno en función de su desarrollo integral, como persona humana distinta de los demás, como profesional en el área de su especialidad, y como miembro constructivo de una sociedad de hombres, de la cual se beneficia y a la cual sirve con el ejercicio responsable de su libertad (J. Lafarga 1981).
El
aprendizaje significativo se produce cuando es autoiniciado y a condición de
que el estudiante pueda visualizar los objetivos, contenidos y actividades como
algo importante para su desarrollo y enriquecimiento personal.
Los alumnos son considerados como: entes individuales, únicos, diferentes de los demás; personas con iniciativa, con necesidades personales de crecer, con potencialidad para desarrollar actividades y para solucionar problemas creativamente. Los estudiantes son personas con afectos, intereses y valores particulares, a quienes debe considerarse en su personalidad total (Hernández Rojas Gerardo, 1998).
Por tanto para lograr el aprendizaje del alumno hay que involucrarlo como totalidad (procesos afectivos y cognitivos), según la percepción de C. Rogers (1957) le agrega que el aprendizaje no debe ser impuesto por el profesor, sino que el estudiante sea activo, decida, mueva sus propios recursos, desarrolle sus potencialidades, se responsabilice con su propio aprendizaje.
Los rasgos que debe asumir el educador humanista: ha de ser un maestro interesado en el alumno como persona total, procura mantener una actitud receptiva hacia nuevas formas de enseñanza, fomenta en su entorno el espíritu cooperativo, muestra empatia y rechaza las posturas autoritarias y egocéntricas, pone a disposición de los alumnos sus conocimientos y experiencia (García Fabela Jorge Luis, 2006).
El humanismo defiende la autoevaluación como recurso que fomenta la creatividad, la autocrítica y la autoconfianza de los estudiantes; señalan que la aproximación al desarrollo individual de cada estudiante no se logra dentro de una evaluación con criterios externos. Esto revela, el carácter de facilitador que le otorgan al profesor que se expresa hasta en la evaluación.
Su aplicación en la educación se refiere al desarrollo integral de la persona, buscando la autorrealización de cada uno, la concreción de sus necesidades y aspiraciones, para lo que el docente pueda crear condiciones necesarias como un facilitador del proceso de aprender centrando su metodología en el aprendizaje significativo vivencial y la autoevaluación que posibilita la autocrítica y la autoconfianza.
PARADIGMA
CONSTRUCTIVISTA
En
la tercera década del siglo XX aparece el constructivismo, con los primeros
trabajos realizados por Jean Piaget sobre la lógica y el pensamiento verbal de
los niños. Se encuentran las teorías de Jean Piaget (1952), Jerome Bruner
(1960) y D. Ausubel (1963).
Según Jean Piaget el objetivo de la educación es crear hombres que sean capaces de hacer cosas nuevas, a la vez que se formen mentes que puedan criticar, verificar y no aceptar todo lo que se le ofrezca. Le da mucho valor al desarrollo de la autonomía del escolar tanto en lo moral como en lo intelectual.
J. Bruner, sostiene que el aprendizaje por descubrimiento favorece el desarrollo mental, y se preocupa por inducir al aprendiz a una participación activa en el proceso de aprendizaje, pero para ello, los contenidos deben ser percibidos como un conjunto de problemas y lagunas que se han de resolver.
Para David Ausubel la función del profesor consistía, en crear las condiciones adecuadas mediante su actuación docente, para que los esquemas de conocimiento que construyen los alumnos en el transcurso de sus experiencias escolares sean lo más precisos, complejos y correctos posibles, para llegar a lograr un aprendizaje significativo.
El constructivismo es una teoría que explica que el ser humano construye esquemas de aspectos cognoscitivos, sociales y afectivos día a día como resultado de su relación con el medio que le rodea.
En este proceso el profesor, reduce su autoridad para que el estudiante no se supedite solo a lo que él dice, cuando intente aprender o conocer algún contenido escolar y no fomente en él la dependencia, deberá aprender a respetar los errores de los alumnos y las estrategias propias que elaboran y no atomizar una única respuesta correcta.
El
alumno es considerado, como un constructor activo de su propio conocimiento,
favoreciendo en el aula las actividades de tipo autoiniciadas por el propio
alumno las que pueden ser de naturaleza autoestructurante.
No hay que pasar por alto que antes de planificar o programar las actividades curriculares, se debe conocer y tomar en cuenta los conocimientos previos que el alumno posee, en qué nivel de desarrollo intelectual se encuentra y el contexto social en que se desarrollará el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Se sugiere que un ambiente de aprendizaje ideal debería contemplar, las estrategias de planificación, de control y de aprendizaje, para ofrecer a los alumnos la oportunidad de adquirir el conocimiento y de practicarlo en un contexto de uso lo más realista posible.
Porque es el propio alumno quien habrá de lograr la transferencia de lo teórico hacia ámbitos prácticos, situados en contextos reales. Es por eso que se debe de tener una perspectiva constructivista, para integrar la importancia de la emoción y de los afectos, dar oportunidades variadas para desarrollar la creatividad en los alumnos y no la habilidad memorística.
El profesor debe despojarse de su papel de sabio, contextualizar los contenidos, considerar las experiencias previas de sus alumnos, respetar sus ritmos de aprendizaje, etc. y deberá aprender a construir herramientas que se ajusten a los nuevos requerimientos.
Para que se realice la construcción del conocimiento en la escuela es necesario considerar el triángulo interactivo conformado por la actividad mental constructiva del alumno, los contenidos de aprendizaje que representan los saberes culturales construidos socialmente y la función del maestro orientada a vincular el aprendizaje del alumno con el conocimiento culturalmente establecido.
PARADIGMA SOCIOCULTURAL
El
paradigma histórico-social, también llamado paradigma sociocultural o
histórico- cultural, fue desarrollado por L.S. Vigotsky a partir de la década
de 1920. Aún cuando Vigostky desarrolla estas ideas hace varios años, es sólo
hasta hace unas cuantas décadas cuando realmente se dan a conocer. Actualmente
se encuentra en pleno desarrollo.
Para los seguidores del paradigma histórico-social: "el individuo aunque importante no es la única variable en el aprendizaje. Su historia personal, su clase social y consecuentemente sus oportunidades sociales, su época histórica, las herramientas que tenga a su disposición, son variables que no solo apoyan el aprendizaje sino que son parte integral de él”.
ara Vigotsky la relación entre sujeto y objeto de conocimiento no es una relación bipolar como en otros paradigmas, para él se convierte en un triangulo abierto en el que las tres vértices se representan por sujeto, objeto de conocimiento y los artefactos o instrumentos socioculturales. Y se encuentra abierto a la influencia de su contexto cultural. De esta manera la influencia del contexto cultural pasa a desempeñar un papel esencial y determinante en el desarrollo del sujeto quien no recibe pasivamente la influencia sino que la reconstruye activamente.
Analiza el contexto del aula como influido por otros contextos y en permanente interdependencia, atiende a la interacción entre personas y entre ellas y su entorno, profundizando en la reciprocidad de sus acciones, asumiendo el proceso de enseñanza - aprendizaje como un proceso interactivo.
El objetivo del enfoque histórico-cultural; es elaborar una explicación de la mente que reconozca la relación esencial entre el funcionamiento mental humano y los escenarios culturales, históricos e institucionales de los que ese funcionamiento se nutre (Wertsch, 1991; Álvarez y Del Río, 1995).
El alumno debe ser entendido como un ser social, producto y protagonista de las múltiples interacciones sociales en que se involucra a lo largo de su vida escolar y extraescolar, gracias a los procesos socializadores de interactividad logra cultivarse y socializarse y al mismo tiempo se individualiza y autorrealiza.
El profesor debe ser entendido como un agente cultural que enseña en un contexto de prácticas y medios socioculturalmente determinados, y como un mediador esencial entre el saber sociocultural y los procesos de apropiación de los alumnos.
El profesor deberá intentar en su enseñanza, la creación y construcción conjunta de zona de desarrollo próximo con los alumnos, por medio de la estructura de sistemas de andamiaje flexibles y estratégicos.
La influencia de la sociedad sobre el individuo no opera de manera directa, sino a través de determinados agentes mediadores portadores de dicha influencia. Ejemplo de ellos son los "espacios grupales", a los que se incorpora el individuo y la sociedad, lo que permite acercarse al mecanismo de enlace; es en el grupo donde se crea la trama concreta de las relaciones sociales a través de procesos comunicativos e interactivos de determinada actividad social.
Es mediante la actividad conjunta entre estudiantes y profesores, y entre los propios estudiantes, que se desarrolla una adecuada comunicación pedagógica y clima afectivo, uniendo lo cognitivo con lo afectivo, respetando la individualidad, desarrollando conocimientos, habilidades, intereses, cualidades de la personalidad, afecto y formas de comportamientos deseados.
Por
lo tanto, el estudiante es considerado como objeto y sujeto de su aprendizaje,
ocurre una participación activa y responsable de su propio proceso de
formación.
El control del proceso de enseñanza-aprendizaje será evaluar cómo va el proceso, tomar las medidas necesarias para enfrentar las dificultades que se presenten, usándose como técnicas la observación sistemática, los cuestionarios y trabajos grupales.
CONCLUSIÓN
Se han caracterizado las perspectivas pedagógicas contemporáneas, para mostrarles a los profesores y lectores las posibilidades y alternativas de enseñanza y de evaluación. Cada modelo pedagógico tiene sus ventajas aunque ninguno es perfecto ni aplicable por completo. Son alternativas que el profesor puede seleccionar según su convivencia, de acuerdo con el tema de la materia, el nivel del grupo de estudiantes, y la confianza que vaya ganando a medida que se arriesgue a ensayar nuevas formas de enseñanza.
El paradigma conductista se aplica: en la modificación de conducta en educación especial, en retroalimentación inmediata del alumno, el respeto por las diferencias individuales y en la adquisición de conocimientos memorísticos. Propone un modelo de hombre básicamente adaptativo y pasivo, poco creador, negándole la posibilidad de desarrollar una actividad intelectual autónoma y no reconoce la existencia de procesos internos, dado que no son observables y no facilita la interacción entre los alumnos.
En el paradigma humanista crea alumnos con iniciativa y autodeterminación, que se autorrealicen en todas las facetas de su personalidad (intelectual, lo afectivo y lo interpersonal), pero también se busca eliminar del contexto educativo cualquier factor que pueda ser percibido como amenazante, por lo que es importante el respeto, la comprensión y el apoyo hacia los alumnos. Tiene aplicación en la solidaridad, flexibilidad y empatia por parte del profesor y en la práctica de los valores sociales e individuales.
El Paradigma constructivista da oportunidades variadas para desarrollar la creatividad en los alumnos y no la habilidad memorística. El profesor debe estructurar el conocimiento jerárquicamente, respetar el ritmo de aprendizaje de sus alumnos y aprender a construir herramientas que se ajusten a los nuevos requerimientos.
Es aplicable al realizar las planeaciones diarias de actividades de aprendizaje, en donde se parte de lo general a lo particular, pero para esto al comenzar un ciclo se realiza un examen de diagnostico para determinar los conocimientos que domina y saber cuales son sus dificultades para dicho aprendizaje.
EI paradigma sociocultural investiga las situaciones del escenario de la conducta escolar y social. Los alumnos construyen sus propios aprendizajes y conocimientos de su cultura los cuales dependen de la observación e imitación. En el caso del lenguaje que ocupa (el lenguaje tecnológico), un alumno se habrá apropiado del uso de las TIC cuando este nuevo instrumento cultural es constitutivo de su propia identidad, lo que se traduce en que ahora pensará a través de la nueva herramienta.
Aquí entra también lo que es el pizarrón interactivo, este paradigma se ve influenciado por los avances tecnológicos que surgen en las sociedades cambiantes o en algunos casos es lo contrario como en las zonas rurales se buscan otros medios que están al alcance de la comunidad. Este ejemplo ilustra la importancia del contexto sociocultural de los alumnos como una fuente rica de experiencias que se puede aprovechar para activar, ordenar y significar el pensamiento y el aprendizaje.
REFERENCIA BIBLIOGRAFICA
B. F. Skinner (1981). Reflexiones sobre conductismo y sociedad. México: Trillas.
Coll, Cesar S. (1991). Aprendizaje escolar y construcción del conocimiento. Barcelona: Paidos.
Díaz Barriga Frida (2003). Cognición situada y estrategias para el aprendizaje significativo. Redie, 5 (2), (Disponible URL) www.wikipedia.com
Martínez Taranco Ana (1980). Antología de humanistas españoles. Madrid: Nacional.
Moll, L. (1993). Connotaciones y aplicaciones de la Psicología socio histórica a la educación. Argentina: Aique.
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