sábado, 29 de junio de 2013

“EDUCACIÓN, SOCIEDAD, JUAN AMOS COMENIO Y OTRAS REFLEXIONES”

Los tiempos actuales exigen que la juventud se encuentre preparada para afrontar los retos que la sociedad le demanda, a su vez todo individuo merece que dicha sociedad le oferte opciones educativas acordes con las necesidades personales, afectivas y laborales que se le presentan en un marco histórico actual, cada vez más exigente.

En los últimos años el Sistema Educativo Mexicano ha implementado reformas que buscan ofrecer un servicio de calidad educativa en las escuelas del país, se han diseñado y reestructurado los planes y programas de estudio, los libros de texto gratuitos e incluso, se han implementado estrategias para seleccionar a los docentes que trabajarán con las nuevas generaciones.

Sin embargo y pese a los esfuerzos gubernamentales antes mencionados, podemos ver que los niveles de logro y desempeño escolar de los alumnos inscritos en la mayoría de las escuelas públicas, es deficiente. Unido a lo anterior, la sociedad mexicana se encuentra en un proceso de desarticulación familiar en el que la desintegración de la misma es cosa de todos los días, y la violencia, producto de la delincuencia organizada, se ha convertido en algo que ya nadie puede ponerle freno.

En este contexto resulta interesante hacer una reflexión para encontrar los motivos que originan todo el caos antes descrito y buscar las razones por las cuales los mexicanos estamos sumergidos en esta espiral descendente hacia nuestra propia destrucción, y que aún peor, permanezcamos inmóviles e indiferentes ante tal hecho; a mi parecer, todo lo origina la falta de educación.

Pero no una educación entendida como la que se da en las escuelas solamente, sino como aquella que es producto de toda la sociedad en su conjunto, y específicamente en el interior de las familias, que es el lugar en el que los niños aprenden los valores y las pautas de conducta que demostrarán en su vida adulta.
La importancia de la familia en la educación de los niños era ya conocida por el pedagogo Juan Amos Comenio desde el siglo XVII, quien creía que la “escuela del regazo materno” daba los indicios y fundamentos de la ciencia metafísica, a su entender todos los conceptos más generales, difíciles y abstractos en sentido filosófico de aprenden de esa primera fuente.

Pero, ¿qué pasa si la primera fuente de educación se encuentra en un proceso de reestructuración en el que el paradigma padre proveedor, madre cuidadora, e hijos dependientes de ambos, se está desintegrando?, la respuesta es muy simple, basta con leer las noticias para percatarnos de lo que sucede, ya no hay límites ni respeto por la integridad humana, se le ha quitado el valor a la dignidad y la honestidad se encuentra en peligro de extinción.

Es por esta razón que la escuela debería contribuir con la parte que le corresponde, fomentando en sus alumnos los tres principios de la filosofía educativa de Comenio: devoción, instrucción y virtud. Estas tres palabras encierran toda una serie de ideas muy profundas sobre las cuales debería girar toda práctica pedagógica abarcando y fomentando un cúmulo de hábitos necesarios para mejorar la convivencia diaria.

En su libro Didáctica Magna, Juan Amos Comenio plantea que una de las finalidades del microcosmos que es el hombre, es servir al prójimo, idea que debería rescatarse para evitar las tendencias actuales del propio hombre que es, servirse de los demás. La causa de que tantos hombres se malogren es la falta de educación, tanto de parte de la familia como de la escuela. Ambas instituciones sociales deberían trabajar juntas para el beneficio de los estudiantes y cada una en el papel que le corresponde.

Con la familia y la escuela asumiendo su papel, el niño tendría la posibilidad de crecer en un ambiente propicio para el desarrollo de sus facultades, satisfaciendo por un lado sus necesidades afectivas y de aceptación, y por otro afrontando desafíos  intelectuales y conociendo de forma natural mediante la experiencia de los sentidos, los conceptos más complejos y abstractos, entonces la educación se convertiría en el “arte de hacer germinar las semillas interiores que se desarrollan cuando se estimulan con oportunas experiencias suficientemente variadas y ricas, y sentidas como siempre nuevas”.

Es aquí donde adquieren sentido para la escuela, las aportaciones de Comenio en materia educativa, la base pedagógica debe ser la práctica de procesos naturales de aprendizaje mediante la inducción, observación, los sentidos y la razón, es decir la propia experiencia del niño, eliminando por completo la coerción, la violencia  y la imposición en el proceso de enseñanza.

Para éste autor la educación debe conectar al hombre con el mundo trascendental de una forma profunda, actualmente los niños y jóvenes viven en un torbellino materialista y de inmediatez que no les permite preocuparse por el futuro, ni conocer las opciones de una vida mejor, viven el momento, el ahora; es por esto que la adquisición de un sentido trascendental a la propia existencia debería tomar vital importancia a la hora de mantener un contacto cotidiano con la escuela.

No debe olvidarse que la escuela es un taller forjador de hombres, el cual debe estar dotado de todas las herramientas para propiciar en los niños y jóvenes, ese sentido de trascendencia que busque encontrar un rumbo hacia lo que verdaderamente cuenta: el  bienestar común. En este orden de ideas Comenio afirma que la educación debe estar al alcance de todos, sin distinción de ningún tipo y que fomente la democracia como forma de vida.

En un país como el que tenemos en el que la democracia se encuentra mal entendida y que en la mayoría de las escuelas prácticamente no existe, Comenio viene a enseñarnos que es indispensable se creen espacios en los que se practique de forma cotidiana, con la finalidad de hacer que los niños vivan esa experiencia y sepan de las ventajas que conlleva practicarla.
Como se puede ver Juan Amos Comenio fue un visionario para su época y puso ante el mundo un cúmulo de ideas innovadoras en el ámbito educativo, a más de trescientos años de haber escrito sus saberes hoy en día muchas de sus ideas se encuentran vigentes y son necesarias para resolver algunos de los problemas educativos que existen en México.

Los maestros tenemos un papel protagónico en la formación de las nuevas generaciones, los niños y jóvenes muchas veces tienen en la figura del docente a quien les pone límites, les inculca valores, los instruye; pero no debemos quedarnos con la idea de que somos los totalmente responsables de la sociedad que se puede percibir en los noticieros.

Es importante que los maestros estemos bien preparados para afrontar la desintegración de la familia y de la alteración de la propia sociedad, las ideas de Comenio pueden darnos una línea de acción sobre la cual dirigirnos. El orden, la disciplina y la virtud, son tres ideales que no debemos olvidar y que hay que buscar siempre que nuestros estudiantes los conozcan.

El respeto por la dignidad de todo individuo es fundamental en la formación de un ser humano y nuestra labor es precisamente esa, hacer que de las aulas egresen niños y jóvenes con las habilidades intelectuales y sociales básicas para afrontar los problemas y situaciones de la vida cotidiana.

Entender que en muchas ocasiones los maestros somos los principales culpables de que a los alumnos no les guste la escuela, es un primer paso para realizar mejoras en nuestra práctica docente cotidiana, la relación con padres de familia debe ser muy cercana con la finalidad de involucrarlos en el proceso, no solo de aprendizaje, sino de formación integral de sus hijos, ese es nuestro principal reto: hacer que los padres se hagan responsables de sus hijos.
 
BIBLIOGRAFÍA:
Abbagnano, N y A. Visalberghi.
Historia de la pedagogía. Fondo de
Cultura Económica, México. 2010.


“LA MENTIRA Y LA SIMULACIÓN, DOS PRÁCTICAS MUY MEXICANAS”

Desde que nacemos todos los individuos debemos ajustarnos a las normas que rigen la sociedad a la que pertenecemos. Los valores, las costumbres, la religión, la educación, las tradiciones, etc., son aprendidas durante el crecimiento y reforzadas a lo lago de la vida en una serie de situaciones que se presentan de forma innegable. Los estereotipos y los paradigmas sociales también son asimilados en la infancia y repercuten en la forma de ver el mundo de las personas  producto de tal formación.

En este sentido los mexicanos de finales del siglo XX y principios del XXI, han sido educados en un ambiente familiar muy particular y a la vez contradictorio, por un lado los nacidos en las décadas de los setentas y ochentas crecieron en familias golpeadas por las crisis económicas recurrentes, pero con una aparente cohesión familiar estable, y por otro los nacidos durante los noventas y la primera década de este siglo, caracterizados por tener también crisis económicas, pero con un desmoronamiento de la estructura familiar. 

Este cambio en las relaciones intrafamiliares y la propia conformación de las familias, puso en evidencia la crisis de valores que venía permeando en las mentes jóvenes producto de tal institución social. Fue entonces que salió a la luz pública y de forma generalizada, el hecho de que las familias mexicanas mantenían unas relaciones deficientes y sus miembros carecían de un ambiente propicio para desarrollarse.

La familia “dejó de ser el refugio y un lugar lleno de amor”, como dice Sara Sefchovich, para convertirse en el origen de muchos de los problemas sociales que actualmente tiene nuestro país. El estereotipo familiar padre proveedor, madre protectora e hijos dependientes, dejó de existir y dio paso a una estructura familiar diversa, desde abuelos que se hacen cargo de sus nietos o trabajadoras domésticas que cuidan a los “patroncitos”, hasta niños sin vigilancia adulta que son “educados” por la televisión.
Con todo lo anterior cabe preguntarse: ¿Qué causó la crisis familiar en México?, las respuestas son muy variadas y pueden ser: la necesidad de trabajo de ambos padres producto de las crisis económicas y como consecuencia el desamparo emocional de los hijos, la falta de compromiso ante el matrimonio de las personas y la facilidad de acceder al divorcio, la violencia física y emocional dentro de las familias, el cambio de los valores morales de la sociedad mexicana, entre otras.

Pero a pesar de todo esto, los mexicanos siguen creyendo que formar una familia es la meta principal de la existencia, que formar un hogar es logro más alto que puede alcanzar alguien y que el amor es la consecuencia inmediata que tendrán los hijos producto del matrimonio, no en vano las telenovelas han vendido por años esta idea y se ha tatuado en el subconsciente colectivo de los que habitan éste país.

Sin embargo la realidad es muy desalentadora y distinta a lo que puede verse en la televisión, las familias que aún sobreviven tienden a ocultar sus deficiencias y simulan ante la sociedad su funcionalidad, aparentan estar en perfecta armonía cuando existen conflictos graves, sus miembros pueden mostrarse amorosos en público pero distantes emocionalmente cuando nadie los ve, viven una mentira, son una mentira.

Y si la familia que es el núcleo principal sobre el cual gira la sociedad, se está desvaneciendo y se encuentra viviendo una constante simulación de funcionalidad y una mentira, ¿qué se puede esperar de la propia sociedad?, algo similar a lo que está viviendo el país, una constante inseguridad, violencia en las calles y una total falta de justicia social, que no es reciente, pero que se ha recrudecido en los últimos años. 

Los niños y jóvenes carecen de unos padres que les pongan límites, y al no haberlos ni conocerlos,  piensan que pueden integrarse en una sociedad haciendo lo que les venga en gana, las consecuencias de sus actos no parecen preocuparles y la justicia es impuesta por el más fuerte, por el que tiene mayores recursos económicos, por el amigo o pariente de algún funcionario, por aquel que tiene la posibilidad de manipular a los encargados de impartir justicia o bien hacerlos manipulables a través del dinero.

La corrupción se ha convertido en una práctica de todos los días, en una acción casi natural en el orden de las cosas, existe desde las esferas más altas hasta las más bajas, es una forma de vida más palpable que la democracia, más evidente que la equidad de género y más redituable que las buenas costumbres. Y sin embargo las instituciones públicas encargadas de impartir justicia o de promulgar leyes, siguen simulando que se le combate asegurando en sus discursos que es un mal que se extirpará de las entrañas de un México cada vez más enfermo.

No existe la justicia social en México, ni existirá en el mediano plazo, las instituciones gubernamentales que buscan llevarla a todos los rincones del país mienten al decir que se están implementando estrategias para que los mexicanos accedan a ella, simulan que hacen algo y luego mienten al emitir los resultados, o bien manipulan la información de tal manera que al rendir cuentas se puedan ver avances significativos. Mientras exista en México gente que carezca de alimento, salud, vivienda, educación de calidad, y en suma del respeto de sus derechos más básicos no podrá existir la justicia social y ni hablar de impartición de justicia.

Pero, ¿a qué se debe que no haya justicia social el México? Y ¿Por qué los gobernantes no hacen algo por buscarla? Las respuestas a estas preguntas pueden hacer énfasis en la falta de compromiso de todos, desde la clase política que detenta el poder, hasta la clase más baja que no posee nada, las dos tienen una característica común: carecen de educación, pero no una educación entendida como la escolarización de los habitantes de un pueblo, sino como la capacidad del individuo para hacer salir de sí, las virtudes propias del ser  humano que lo lleve  a una mejor convivencia y que le permita desarrollar el espíritu de colaboración con los demás, de eso es de lo que se carece.
Desde hace mucho tiempo según Sefchovich, los discursos oficiales nos han venido asegurando que la educación es una de las grandes metas y la principal prioridad de los gobiernos en turno y esto es así porque a ella se le atribuyen las mayores virtudes para mejorar el futuro del país, lo que trae como consecuencia que la educación siga siendo hasta ahora el corazón de la política social del Estado mexicano; pero como casi todo lo que sucede en nuestro país, la educación escolarizada también se simula.

Es cierto que el sistema educativo mexicano ha realizado esfuerzos descomunales por, primero resolver la cobertura, después por garantizar el acceso y evitar la deserción y, en los últimos años, por lograr la calidad en los servicios educativos, y sin embargo existen factores incontrolables que alteran tales esfuerzos y hacer difícil lograr las metas planteadas.

Específicamente en el área de calidad educativa, se han propuesto una serie de reformas a los planes y programas de estudio que deberían tener como consecuencia mejores niveles de aprovechamiento escolar, sin embargo los resultados de las evaluaciones estandarizadas no son muy alentadores. Esto puede deberse a que cada gobierno en turno pretende dar su “toque” a la educación y se la pasan modificando constantemente la parte operativa de la misma, en pocas palabras y como dicen algunos maestros: “todavía no se asimila bien una reforma, cuando ya están mandando otra”.

Mención aparte debe tener la educación indígena, que como las propias comunidades, se encuentra en el abandono y aunque es materia para enriquecer y dar realce a los informes de labores o de gobierno, poco se ha hecho realmente por mejorarla. Las condiciones en que viven la mayoría de los habitantes de los pueblos indígenas no permiten siquiera satisfacer las necesidades más básicas de alimentación, salud y vivienda, mucho menos de una educación de calidad. Los indígenas son siempre carne de cañón a la hora de hacer publicidad electoral, pero son los últimos en recibir la atención de las autoridades.
No hay igualdad entre los indígenas y el resto de los mexicanos, los primeros casi siempre son tratados con desprecio y discriminados por los segundos, incluso hay quien piensa que son personas de segunda categoría y que todas sus calamidades se deben a que ellos mismos se las han provocado. No hay mejor ejemplo de marginación social que ser indígena, ser mujer y tener una condición de discapacidad física o mental, con esas tres características nadie en México tiene futuro.

Pero, ¿A qué se debe que exista tanto grado de marginación entre los habitantes de los pueblos indígenas? Las respuestas tienen que ver posiblemente con que no tienen las condiciones necesarias para desarrollarse integralmente, pero sobre todo por las condiciones de pobreza extrema que padecen. La economía de México se ha visto envuelta en una serie de convulsiones que han permitido la movilidad de algunas clases sociales entre los habitantes de ésta nación: algunos sectores de la clase media han caído en la pobreza y la mayoría de los pobres se han movido a la pobreza extrema.

Siempre se destacan en los informes gubernamentales que existe un crecimiento en la economía del país, por lo general de afirma que en términos macroeconómicos México se encuentra en una posición aceptable, sin embargo para el grueso de la población que vive al día en trabajos agotadores y con sueldos miserables, la percepción es muy distinta, saben perfectamente que les mienten.


Las medidas tendientes a aceptar al neoliberalismo como forma de gobierno han hecho que el país se encuentre en una total dependencia del petróleo para solventar los gastos públicos, se han perdido más empleos de los que se pueden generar y se han adquirido créditos para salir adelante, todo en el afán de conservar lo que se tiene: un gobierno funcionando, o mejor dicho, un gobierno simulando que funciona.   

BIBLIOGRAFÍA:
Sefchovich, Sara
País de mentiras. Océano. México

“TEORÍA PEDAGÓGICA, CIENCIA Y EDUCACIÓN, UNA REFLEXIÓN CONCEPTUAL”

Teoría, pedagogía, ciencia y educación son conceptos que implican una profunda reflexión en torno a las implicaciones culturales, filosóficas y prácticas que influyen en el actuar de todo investigador educativo. Desde esta perspectiva el maestro investigador debe tener muy en claro los conceptos que dan origen y sustentan  a la actividad didáctica que ejecuta de forma cotidiana; así, el entendimiento de la teoría pedagógica dará como resultado la validación de una ciencia de la educación capaz de dar las herramientas metodológicas y procedimentales necesarias para producir y comprender una filosofía educativa.

Para formular una filosofía educativa es necesario que se tengan en claro primeramente las teorías que la sustentan, en este sentido resulta importante detenerse un poco para aclarar  que teoría viene del vocablo griego theoria, que significa contemplación, o sea, el pensamiento desinteresado y puro. Actualmente la teoría es definida según la disciplina en que se encuentre, así se tiene que teoría científica, que es la más usada, se define como el conjunto de leyes interrelacionadas donde el término ley se utiliza para denominar una uniformidad observable de la naturaleza (Flores Ochoa, 1999).

La teoría científica es una hipótesis que no puede quedarse en una mera suposición, sino que necesita ser verificada empíricamente cumpliendo con ciertas condiciones para que se considere como auténtica. La hipótesis que es pieza clave de la teoría científica debe ser dirigida y explicable, cierta con aspectos observables y válida para fenómenos observables.

Toda teoría científica debe cumplir con ciertas funciones según la concepción de la disciplina que representa, la función descriptiva, que pone su interés en la observación y constatación de los hechos; la función predictiva, que establece la fijeza de los hechos descritos; la función explicativa, que aclara el funcionamiento de los hechos observados y que es la que debe regir todo hecho científico.
Dentro de la función explicativa de la teoría se encuentran diversas clases de explicaciones científicas válidas, las de primer tipo se dan cuando se explica un hecho anómalo para mostrar que, la anomalía no es una excepción, sino un ejemplo de una ley general; las de segundo tipo son aquellas explicaciones de una ley natural como un ejemplo de una ley más general que la primera; el tercer tipo de explicación es la construcción de un modelo para aclarar cómo funcionan un conjunto de hechos; y el cuarto tipo de explicación es el que explica dos hechos llenando el vacío existente entre ellos.

Por su parte la teoría de la educación debe basarse en las ciencias de la educación que son las ciencias sociales. La teoría de la educación es más un saber filosófico que científico, lo anterior se explica si se considera que la educación no es un fenómeno natural, sino humano, las leyes de los procesos humanos, uno de los cuales es la educación, no poseen la fijeza e inmutabilidad de los fenómenos naturales, por lo tanto hacer ciencia en educación es hacer filosofía de la educación, o sea especulación sobre los hechos educativos observables.

Las teorías educativas se pueden dividir en tres tipos, el primero lo constituyen las teorías empíricas de la educación que se apoyan en la psicología (precientífica y científica), que se apoyan en situaciones experimentales debidamente verificados;  el segundo tipo lo integran las teorías axiológicas de la educación en las que los juicios de valor son el fundamento de la práctica, no son experimentales sino antropológicas y éticas; finalmente las teorías metafísicas o filosóficas de la educación, que son las más aceptadas en términos educativos debido a que no hay teoría educacional alguna que pueda decirse hipótesis verificada experimentalmente, las teorías educacionales no son saberes empíricos, sino filosóficos.

Reflexionar sobre cómo debiera ser la educación es tarea de la pedagogía y el pedagogo es el encargado de realizar las especulaciones necesarias en relación a los procesos educativos, así se tiene que el pedagogo es el filosofo de la educación, es el promotor de los procesos de enseñanza y el encargado de conducir a los educandos hacia el descubrimiento de su proceso de aprendizaje

Son tres las ciencias humanas que fundamentan a la pedagogía: la biología, la psicología y la sociología, cada una de las cuales aporta sus constructos teóricos a las ciencias de la educación y da como resultado un quehacer meramente filosófico de las ciencias humanas.

Las perspectivas del concepto de educación son tres: la vulgar, que la concibe como un comportamiento y como un saber, la científica que la define como un proceso de formación humana de la personalidad, y la filosófica que tienen que ver con el perfeccionamiento, los actos, auxilios y modo de hacerse educado. Además de estas tres perspectivas desde las cuales puede ser contemplado el concepto de educación, importa conocer las actitudes de quienes investigan los hechos educativos, son cuatro los principales, a saber:

La actitud conceptual: se alimenta de la idea de hombre como sujeto de perfección y acabamiento, esta actitud la tienen quienes definen la educación con expresa alusión a la perfección ya sea de orden natural o de orden intencional del hombre. La actitud fáctica: huye del mundo de las ideas para situarse en el de los hechos concretos, no le preocupa el concepto, sino el hecho educativo, es una actitud psicosocial que atiende a la vertiente individual y social del hecho educativo. Finalmente la tercera actitud tienen que ver con que toda filosofía culmina en una pedagogía, la educación es entonces el fruto de la filosofía.

La educación puede definirse según la corriente filosófica en la que se ubique, así se tiene que para los idealistas, la educación es aquella que puede dar al cuerpo y al alma toda belleza y toda perfección de que son capaces, la educación es el arte de atraer y conducir a los jóvenes hacia lo que la ley dice ser conforme con  la recta razón, el hombre tan solo por la educación puede llegar a ser hombre.
Para los realistas la educación es llegar a poseer una mente sana en un cuerpo sano, es un medio para abrir y estimular las mentes para disponerlas lo mejor posible a adoptar una rama del saber. La educación tiene por objeto formar el carácter en vista de la moralidad, es el arte de construir, de edificar y de dar las formas necesarias.

Los naturalistas por su parte establecen que la educación es obra de la naturaleza, de los hombres o de las cosas, es el arte de educar a los niños y formar a los hombres, la educación es la formación de hábitos y la preparación para vivir una vida completa.

Los teóricos de la escuela de educación nueva definen a la educación como el arte de iniciar en el niño un desarrollo de las fuerzas intelectuales y morales que responda a las leyes en virtud de las cuales se realiza todo progreso biológico y psicológico. La educación es la reconstrucción de la experiencia que se añade al significado de experiencia, y que aumenta la habilidad para dirigir el curso de la experiencia subsiguiente.

Para los perennialistas la educación es la promoción de la prole al estado perfecto del hombre en cuanto hombre que es el estado de la virtud, es una operación que tienen por objeto la evolución racionalmente conducida por el educador de las facultades específicas del hombre para su perfección y para la formación del carácter, preparándole para la vida individual y social. La educación es la modificación accidental perfectiva de modalidad cualitativa radicada en el hombre.

Los culturistas establecen que la educación es una actividad planeada mediante la cual los adultos tratan de formar la vida de los seres en desarrollo. La educación es una formación esencial del individuo unitiva y organizada, posible de desarrollo, provocada por influencias culturales, que capacita para valiosos rendimientos y sensibiliza para valores culturales.

Desde la perspectiva psicosocial, la educación es entendida como una actividad que ayuda a los seres a integrarse eficientemente en formas coherentes y profundas de la existencia y ayudar a superar la lucha por mantener el equilibrio, la unidad y los fines personales ante un contorno exigente y desordenado.

Para los analistas lógicos el ser educado implica el dominio de ciertas prácticas, el conocimiento y la comprensión de principios, para que este ideal se complete es necesario aprender una gran cantidad de cosas; los fines de la educación son proporcionar al hombre un mínimo de habilidades que necesitan, proporcionar una capacitación laboral que les permita subvenir sus necesidades.

En suma la educación es un proceso típicamente humano que presupone las capacidades exclusivas del hombre como la inteligencia, la libertad y la capacidad para socializarse; es un proceso intencional que dirige sus esfuerzos en perpetrar el desenvolvimiento de la naturaleza humana y es distintiva de la educación sistemática; la educación también es comunicación porque implica un contacto de ideas y conceptos que son susceptibles de ser compartidos entre varios individuos; conduce a la espiritualidad porque solo puedes ser educados los seres espirituales; la educación es la conquista de la sabiduría , es un desarrollo planeado e intelectual, es una necesidad cultural y es una función social.

En conclusión la educación es un proceso exclusivamente humano, intencional, intercomunicativo y espiritual en virtud del cual se realizan con mayor plenitud la instrucción, la personalización y la socialización del hombre. La escuela al ser una institución creada por el hombre proporciona una educación institucionalizada que se realiza mediante la relación personal entre el educador y el educando de una manera técnicamente regulada.


Los fundamentos de toda educación institucional son el trabajo intelectual y la convivencia social, el trabajo intelectual está presente en la escuela desde su origen y la convivencia social es una meta de la educación en los tiempos actuales.

BIBLIOGRAFÍA:
Flores Ochoa, Rafael. “Hacia una pedagogía
del conocimiento”. Mc Graw Hill, México, 1999


“ENFOQUE ESTRUCTURAL FUNCIONALISTA”

Toda disciplina que busca el entendimiento de un objeto de estudio, necesita establecer las reglas que le permitan llevar a cabo con certeza los procesos que servirán para descubrir las verdades que permanecen ocultas en el interior del propio objeto a estudiar. La sociedad al ser considerada como un objeto de estudio necesita de la sociología para establecer la forma en que han de abordarse los fenómenos que ocurren en ella.

Uno de los principales exponentes de la sociología es Emilio Durkheim, quien luego de observar con detenimiento los fenómenos que ocurren al interior de la sociedad y percatarse de la existencia de diversos desordenes dentro de ella, se motivó para comenzar a realizar estudios que le permitieran comprender mejor las causas de dichos trastornos sociales, su obra está dedicada al estudio del orden social.

Contrario a las ideas de Marx, este autor en su obra asume una posición reformista que se interesa por el establecimiento del orden en la sociedad, su opinión era que los desordenes sociales no constituían una parte necesaria del mundo moderno y podían solucionarse mediante la introducción de reformas sociales.

En su obra “Las reglas del método sociológico” define a los hechos sociales como fuerzas y estructuras externas al individuo y coercitivas, para su estudio los hechos sociales deben ser tratados como cosas, ya que estos no pueden estar sujetos a la introspección sino más bien a la objetividad, así se tiene que los hechos sociales no son producto de voluntades humanas individuales, sino que son exteriores al individuo y al mismo tiempo moldean las acciones humanas

Durkheim distingue dos tipos de hechos sociales: los materiales y los no materiales, los primeros hacen referencia a la burocracia y al derecho, y los segundos a todo aquello que mantiene unida a las sociedades como la cultura y la religión. En su libro “La división social del trabajo” establece que lo que mantiene unidas a todas las sociedades son los hechos sociales no materiales, específicamente mediante una fuerte moral común o lo que él denominaba una conciencia colectiva intensa. Particularmente para el caso del mundo moderno lo que une a las personas es la intrincada división del trabajo que se manifiesta con las relaciones de dependencia de unos con otros.

Durkheim hace un análisis y comparación entre las sociedades primitivas y las adelantadas estableciendo que las primeras mantenían una solidaridad mecánica que se manifiesta por la igualdad de sus integrantes, caso contrario las segundas que presentan una solidaridad orgánica caracterizada por la desigualdad de sus miembros.

Con lo anterior se tiene que en las sociedades donde la solidaridad es mecánica, hay fuertes estados de conciencia colectiva, la cual es definida como la suma total de las creencias y sentimientos comunes al término medio de los individuos de la sociedad y que por sí mismos forman un sistema. La conciencia común sirve para unir a las generaciones y persiste en el tiempo.

La solidaridad orgánica aparece cuando se desarrolla la división social del trabajo, lo que ocasiona la desigualdad entre los individuos y produce interdependencia creciente entre los mismos, y ésta se refleja en la mentalidad y en la moral humanas. Al aumentar la solidaridad orgánica disminuye la importancia de la conciencia colectiva y en las sociedades basadas en éste tipo de solidaridad la coacción social desempaña un papel importante.

En éste mismo libro establece que la división moderna del trabajo ocasiona patologías que tienen como consecuencia el decrecimiento de una sociedad unida, es decir que cada vez los individuos que conforman a la sociedad de van aislando unos de otros formándose roles que impiden una cohesión adecuada entre ellos.

Los hechos sociales no materiales son abordados desde una perspectiva más específica el libro “Las formas elementales de la vida religiosa”, estableciendo que la religión es la forma más manifestación más esencial de los hechos sociales no materiales. En esta obra se examina a las sociedades primitivas con el fin de encontrar el origen de la religión, concluyendo que la sociedad misma era la fuente de la misma, ya que era ésta la que definía ciertas cosas como religiosas  y otras como profanas.

La religión entonces era el modo en que la sociedad se expresaba así misma bajo la forma de un hecho social no material, sociedad y religión eran dos fenómenos indistintos, llegando a la conclusión de la vida del grupo es la fuente generadora o causa eficiente de la religión, que las ideas y las prácticas religiosas se refieren al grupo social y lo simbolizan, que la distinción entre lo sagrado y lo profano es universal y tiene consecuencias importantes para la vida social en su conjunto.

Finalmente y a manera de conclusión, se puede decir que Durkheim fuen quien definió que para que exista un verdadero estudio sociológico es necesario que el investigador se quite las ideas falsas que dominan el pensamiento profano, que la materia de toda investigación sociológica debe comprender un grupo de fenómenos definidos de antemano por ciertas características externas comunes y, que se deben considerar los hechos sociales como independientes de las manifestaciones individuales.


BIBLIOGRAFÍA:
Ritzer, George. Teoría sociológica contemporánea.
Mc Graw Hill. México. 1994.
Timasheff, Nicholas. La teoría sociológica. Fondo
de cultura económica. México. 1997.


“APROXIMACIÓN CONCEPTUAL A LA SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN”

Para poder entender el significado de la sociología de la educación como una disciplina completa y las implicaciones que representa el trabajo del sociólogo educativo en su ámbito de estudio, es necesario comenzar por entender de forma separada ambos conceptos, ya que cada una encierra cierto grado de singularidad que las hace únicas y a la vez complementarias.

En primer lugar resulta indispensable decir que la sociología tiene sus raíces en las ideas de Augusto Comte, quien establece el concepto de acción social como un objeto de estudio en la que la realidad debe ser abordada y concebida como un proceso de convención social, afirmando que acción social más el hecho social dan como resultado la interacción social, entonces se obtiene que la acción social se encuentra en constante interacción con los hechos sociales.

Sin embargo fue hasta la aparición de Emilie Durkheim que se establece la sociología como una disciplina completa, este autor le da un enfoque metodológico y establece las reglas del método sociológico, afirma que los hechos sociales pueden salir fuera de la conciencia y por lo tanto se pueden estudiar, es decir se comienza a trabajar el estudio de los hechos sociales cosificándolos. Se tiene entonces que los hechos sociales son todos los fenómenos que tienen lugar en la sociedad a condición de que presenten cierta generalidad y algún tipo de interés social.

Por su parte Max Weber conceptualiza a la sociología con una base sólida en la que el objeto de la acción social tiene medios, fines, valores y normas. Cuando se afirma que la acción social se vale de medios se habla de una acción instrumental, cuando se afirma que cuenta con fines se dice que es una acción teleológica, cuando se establece que la acción social maneja valores se habla de una acción racional con arreglo a valores y al establecer que contiene normas se afirma que es una acción racional con arreglo a leyes.

En lo que respecta a la educación se establece que puede ser abordada desde diversas posturas y puntos de vista, así se tiene que es un fenómeno social producto de un proceso resultante de un momento histórico determinado; que la educación implica una interacción de procesos y productos, de maestro y alumnos, de método y contenido; que la educación implica tener una direccionalidad, una intencionalidad y un sentido, etc.

Para Marx la educación puede ser entendida como un proceso de adoctrinamiento en la que las generaciones adultas imponen su dominio sobre las generaciones jóvenes sin considerar las necesidades de estas últimas, solamente velando por sus propios intereses de conservación y poder. Se hace entonces una crítica a la educación estableciendo que puede ser considerada como enajenante, como una forma de alienación y aculturación, como un mal necesario que implica un ejercicio del poder y control.

En este orden de ideas Altuser afirma que la educación es un aparato ideológico del estado que tiene como único fin el control social, quien controla las conciencias de un pueblo puede controlar sus voluntades, lo cual resulta hasta cierto punto maquiavélico si consideramos las implicaciones que esto trae consigo.

Desde un punto de vista más idealista y utópico, para Kant la educación consiste en desarrollar en cada individuo toda la perfección de que es susceptible; en este mismo tenor Stuart Mill afirma que la educación comprende todo lo que hacemos por nosotros mismos y todo lo que los demás hacen por nosotros con el fin de aproximarnos a la perfección de nuestra naturaleza. Por su parte James Mill con una visión eudemónica establece que el objeto de la educación es hacer del individuo un instrumento de felicidad para sí mismo y para los demás.

La educación es supraindividual debido a que existe fuera de las conciencias individuales y no pertenece a ninguna de ellas en particular, esto quiere decir que la educación es un fenómeno que existe en una pluralidad de conciencias que tiene por efecto fijar e instituir fuera de nosotros determinadas maneras de obrar, sentir, percibir el mundo y pensar. La educación también es coactiva pues implica una interacción constante entre los diversos actores que la conforman.

Para Durkheim la educación es un proceso de socialización de las generaciones nuevas a través de la cual se transmite la herencia cultural de las generaciones adultas, es decir las clases hegemónicas, a las generaciones jóvenes; tiene por objeto suscitar y desarrollar en el niño determinado número de estados físicos, intelectuales y morales que reclaman de él, por un lado la sociedad política en su conjunto, y por otro el medio especial al que está particularmente destinado.

La finalidad de la educación es la formación de un ser social que cuente con un sistema de ideas, de sentimientos y de hábitos que expresan en nosotros no nuestra personalidad, sino el grupo o los grupos diferentes de que formamos parte. La educación es un proyecto de vida con una visión fijada por las clases hegemónicas que controlan a la sociedad y a los individuos.

La educación es parte de la sociedad, y esta, tiene una función y una responsabilidad pedagógica que delega al sistema educativo el cual implementa los lineamientos, las herramientas, los métodos, los fundamentos y los fines que le parecen más pertinentes para que sean materializados en la cotidianidad del aula, es en este espacio en donde aparece la liturgia social que, según Peter McLaren ritualiza las actividades docentes.

Con todo lo anterior se puede establecer que la sociología de la educación es una disciplina que analiza, explica y estudia las relaciones entre el proceso de reproducción de un particular universo cultural, llevado a cabo por el sistema educativo y el proceso de reproducción de una sociedad dada. Para la sociología la educación es una formación de hábitos, de disposiciones básicas que determinan la forma en que cada uno siente, piensa y actúa, esta formación de hábitos puede ser intencional, tácita, o bien no intencional ni consciente.
La sociología de la educación es una disciplina empírica cuyo interés principal es el conocimiento de la realidad educativa desde una perspectiva particular, la sociológica. Para la sociología la educación el fenómeno educativo consiste en el análisis de la forma en que se promueven los habitus, los cuales son definidos por Pierre Bourdiew como la adquisición de disposiciones de percepción de pensamiento, de sentimiento y de acción, dichos habitus son el resultado de la práctica educativa llevada a cabo por diversos agentes como los padres, los maestros, los amigos, etc.

En suma la sociología de la educación es un tipo de sociología especial que analiza y explica la socialización y la educación como fenómenos y como procesos sociales, del mismo modo que las relaciones entre la educación y la sociedad, tanto en el pasado como en el presente, tiene por objeto el estudio científico de la educación como fenómeno y como proceso social en contextos sociales de diferente amplitud.

Para la sociología de la educación los problemas educativos son vistos como problemas sociales que impactan en el funcionar de la conciencia colectiva de los individuos que pertenecen a un determinado grupo. Así se tiene que para la sociología de la educación los problemas educativos no son vistos como pedagógicos, sino como problemas de tipo sociológico. Con lo que se concluye que la verdadera ciencia de la educación no es la pedagogía sino la sociología de la educación. 

BIBLIOGRAFÍA:
Brigido, Ana María. Sociología de la educación.
Editorial Brujas, Córdoba, Argentina, 2006.


ENFOQUE DE LA REPRODUCCIÓN SOCIAL

Uno de los aspectos más conocidos de la obra de Bourdieu es la sociología de la educación. En vez de considerar a su trabajo como una aportación a un área específica de la sociología, es más apropiado considerarlo como una extensión de su teoría de la práctica para construir una teoría de la violencia simbólica y una teoría general de la reproducción social en las sociedades industriales avanzadas.

En uno de sus libros “Los estudiantes y la cultura” se hace un estudio sobre los estudiantes universitarios franceses en la década de los sesenta en el que se analiza en qué consiste el privilegio universitario y qué es lo que valora la enseñanza superior, se establece que los estudiantes más favorecidos aportan hábitos, modos de comportamiento y actitudes de su medio social de origen que les son enormemente útiles en sus tareas escolares, heredan saberes y un buen gusto cuya rentabilidad escolar es muy rentable.

Otra conclusión a la que llega en éste estudio, es que las diferencias que separan a los estudiantes, en función del medio social, o en la orientación de sus aficiones artísticas dependen de los factores de diferenciación social que pueden, en algunas ocasiones, anular sus efectos más evidentes y el pequeño burgués es capaz de compensar las ventajas que proporciona a los estudiantes de clase alta la familiaridad con la cultura académica. Cualquier clase de enseñanza presupone implícitamente un conjunto de saberes, una facilidad de expresión que son patrimonio de las clases cultas.

En otro libro titulado “La reproducción”, Bourdieu presenta una sucesión de proposiciones en las cuales se afirma que la escuela ejerce una violencia simbólica sobre sus usuarios, esta violencia simbólica es la imposición de sistemas de simbolismos y de significados sobre grupos o clases de modo que tal imposición se concibe como legítima. La legitimidad oscurece las relaciones de poder, lo que permite que la imposición tenga éxito. En la medida en que es aceptada como legítima, la cultura añade su propia fuerza a las relaciones de poder, contribuyendo a su reproducción sistemática.

Esto se logra a través de un proceso mediante el cual las relaciones de poder se perciben no como son objetivamente, sino como una forma que se convierte en legítima para el observador. La cultura es arbitraria en su imposición y en su contenido, lo que trae como consecuencia una noción de arbitrariedad y ésta no puede deducirse a partir de que sea lo apropiado o de su valor relativo.

El sustento principal del ejercicio de la violencia simbólica es la acción pedagógica, es decir la imposición de la arbitrariedad cultural, la cual se puede dar por tres vías: la educación difusa, que tiene lugar en el curso de la interacción con miembros competentes de la formación social en cuestión (un ejemplo del cual podría ser el grupo de iguales); la educación familiar y la educación institucionalizada (ejemplos de la cual pueden ser la escuela o los ritos de pasaje).

Todas las culturas cuentan con arbitrariedades culturales y como consecuencia con el proceso de socialización en el que se adquieren arbitrariedades culturales, en una sociedad dividida en clases coexisten distintas culturas y el sistema educativo contiene sus propias arbitrariedades culturales, las cuales son las arbitrariedades de las clases dominantes. La consecuencia de esto es que los niños de las clases dominantes, a diferencia de los de las clases dominadas, encuentran inútil a la educación.

Bourdieu explica la implicación de la idea de la arbitrariedad cultural para la enseñanza estableciendo que toda enseñanza, en la escuela o en el hogar, descansa en la autoridad, la gente debe aceptar el derecho de aquella persona que tiene autoridad a hacer o decir cosas, o de otro modo esta autoridad se desvanece.

Es así como en la escuela los alumnos han de aceptar el derecho del profesor a decirles lo que han de estudiar. Esto tiene una serie de implicaciones para el profesor, ya que el docente cuenta con una serie de límites sobre lo que legítimamente puede enseñar. Esto ocurre también en el resto de las instituciones culturales.

Desde el punto de vista de Bourdieu, las arbitrariedades culturales de la educación son las de las clases dominantes y son estas las que determinan los límites de la educación legítima, por tanto, la educación no es un juez independiente, los criterios para juzgar a los alumnos están determinados por la cultura de las clases dominantes y cultura que resulta modificada por el sistema educativo.

Existe una división del trabajo en la clase dominante entre aquellos agentes que poseen el capital político y económico y aquellos que poseen el capital cultural, y sugiere que mientras que el primero es dominante, el segundo tiene un cierto grado de independencia, especialmente dado su grado de control sobre el sistema educativo, el cual es el principal instrumento de la reproducción cultural.

El sistema educativo reproduce perfectamente la estructura de la distribución del capital cultural entre las clases, debido a que la cultura que transmite está mucho más próxima a la cultura dominante, ya que el modo de inculcación al que recurre está más cerca del modo de inculcación practicado por la familia de las clases dominantes.

La acción pedagógica, al reproducir la cultura con toda su arbitrariedad, también reproduce las relaciones de poder, también dicha acción pedagógica implica la exclusión de ciertas ideas como impensables, así como su inculcación. La autoridad pedagógica es un componente necesario o condición para una acción pedagógica exitosa. La autoridad pedagógica es tan fundamental que a menudo se identifica con la relación primordial o natural entre el padre y el hijo.
La autoridad no es uniforme en todos los grupos sociales, las ideas ejercen efectos distintos cuando se encuentran ante disposiciones preexistentes, esto significa que el éxito de la acción pedagógica está en función de que cada grupo o clase tiene un distinto criterio pedagógico, con lo anterior Bourdieu se refiere a una disposición hacia la educación que es resultado de la educación familiar y un reconocimiento de la importancia concedida a la educación.

Debido a la importancia del trabajo pedagógico, la acción pedagógica necesita tiempo y requiere consistencia, distinguiéndose de otras formas de violencia simbólica, en consecuencia las agencias pedagógicas son de mayor duración y estabilidad que otras agencias de violencia simbólica. Toda acción pedagógica es objetivamente una violencia simbólica en tanto que imposición, por parte de un poder arbitrario, de una arbitrariedad cultural. La función o efecto a largo plazo del trabajo pedagógico es la producción de disposiciones que generan las respuestas correctas a los estímulos simbólicos que emanan de las agencias dotadas de autoridad pedagógica.

Un elemento clave que explica las desigualdades educativas es el de capital cultural, Bourdieu desarrolló el concepto de capital cultural para analizar las diferencias en los resultados educativos que no eran explicados por las desigualdades económicas. Los bienes culturales o simbólicos difieren de los bienes materiales en que el consumidor solo puede consumirlos aprehendiendo su significado.

El proceso de acumulación de capital cultural comienza en la familia y adopta la forma de una inversión de tiempo. Esta inversión produce dividendos en la escuela y en la universidad, en contactos sociales, en el mercado matrimonial y en el mercado de trabajo. El capital cultural no solo existe en la forma de disposiciones incorporadas, sino que también lo hace en la forma de títulos académicos.

En una sociedad dividida en clases el capital cultural está muy desigualmente distribuido. Un sistema educativo que pone en práctica una singular acción pedagógica, que requiere una familiaridad inicial con la cultura dominante, y que procede por medio de una familiarización imperceptible, ofrece una información y una formación que solo puede adquirirse por aquellos sujetos que poseen el sistema de predisposiciones que es condición para el éxito en la transmisión e inculcación de la cultura.

En resumen, una institución encargada de la transmisión de los instrumentos de apropiación de la cultura dominante que evita de modo sistemático la transmisión de los instrumentos indispensables para el éxito escolar es el monopolio de las clases sociales capaces de transmitir por sus propios medios los instrumentos necesarios para la recepción de su mensaje. Las escuela valora aquello que ella misma no es capaz de transmitir.

Al hacer aparecer las jerarquías sociales y la reproducción de estas jerarquías como algo basado en la jerarquía de dones, méritos, destrezas establecidas y ratificadas por sus sanciones, es decir, al convertir las jerarquías sociales en jerarquías académicas, el sistema educativo cumple una función de legitimación cada vez más necesaria para la perpetuación del orden social.


Los mecanismos objetivos que permiten a las clases dominantes mantener el monopolio de los establecimientos educativos más prestigiosos se ocultan tras un método perfectamente democrático de selección que considera solo el mérito y el talento. Bourdieu sugiere que los capitales culturales se producen, se distribuyen y se consumen en un conjunto de relaciones sociales relativamente autónomas de aquellas que producen otras formas de capital.

Bibliografia
Palacios, Jesús. La cuestión escolar.
Ediciones Coyoacan. México. 2007


LA CONCEPTUALIZACIÓN DE COMPETENCIAS

En las últimas décadas ha irrumpido con fuerza en el ámbito educativo una nueva palabra clave: competencia, los propósitos de muchos programas educativos a nivel mundial, ya no están definidos en función de objetivos sino de competencias, las características que definen un nivel de desempeño, se describen por competencias, a las personas se les evalúa para indagar si tienen suficiencia para optar a un título o un puesto de trabajo se les selecciona por las competencias que demuestran.

Competencia es un término globalizado, se utiliza lo mismo en Australia que en Canadá, en México que en Colombia o Venezuela, en muchos países del mundo se ha creado un sistema de cualificación de formación por competencias que ha posibilitado el cambio de los planes y programas de estudio y de las formas de evaluar. Las reformas que se han implementado en varios países han optado por aceptar el enfoque basado en competencias debido a que se adapta mejor a las condiciones de las economías emergentes.

COMPETENCIAS EN DISTINTOS ÁMBITOS
Es necesario señalar que las competencias se conceptualizan en diferentes ámbitos, en el psicológico, como capacidad cognitiva que produce un desempeño, por ejemplo, comprender y producir el lenguaje; en el laboral, como el conjunto de habilidades para responder a las exigencias de la empresa que contrata: el trabajador que atiende las necesidades de un cliente.

En cambio, en el ámbito pedagógico, como metas curriculares hacia las cuales se debe dirigir el proceso educativo; ejemplo de ello sería elaborar diversos tipos de textos utilizando las reglas de ortografía y redacción; capacidad que requerirá todo egresado de primaria a lo largo de su vida (Frade 2008).

No obstante, si las competencias se despliegan por su utilización, entonces no son sólo fines terminales, sino que también describen la dinámica mediante la cual se debe llegar a ellas, es decir, que cuentan con un carácter dual, son meta y proceso a la vez. Así, si la competencia dice que el sujeto toma decisiones éticas frente a los dilemas que enfrenta, eso mismo debe hacer el estudiante en el salón de clases, de manera que se adquiera el conocimiento ético al mismo tiempo en que lo utiliza.

ORIGEN, USOS Y CONCEPTOS DE COMPETENCIA
El vocablo competencia es polisémico, desde el punto de vista etimológico la palabra competencia tiene dos acepciones: la primera viene del griego “agon, agonistas” y quiere decir rivalizar, enfrentar; la segunda proviene del latín “competeré”  y significa te compete, es del ámbito de tu responsabilidad. En educación se utiliza la segunda porque lo que interesa es impulsar que el estudiante se haga competente, que el aprendizaje sea su responsabilidad y por tanto, parte de su quehacer.

El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española le atribuye varios significados diferentes unos de otros, por una parte competencia significa “disputa o contienda entre dos o más personas sobre algo; Situación de empresas que rivalizan en el mercado ofreciendo o demandando un mismo producto o servicio; Competencia deportiva”.

Por otra parte le atribuye también estos significados: “1.- Incumbencia; 2.- Pericia, aptitud, idoneidad para hacer algo o intervenir en un asunto determinado; 3. - Atribución legítima a un juez u otra autoridad para el conocimiento o resolución de un asunto”. También se puede entender el concepto de competencia como: Rivalidad deportiva o empresaria: Competencia deportiva, empresarial; Asignación de responsabilidad a una institución sobre determinadas materias: Competencias administrativas, regionales o a determinadas audiencias judiciales, Pericia, aptitud o idoneidad para hacer algo.
Sin embargo en términos educativos una  competencia se puede definir como “una característica subyacente en una persona que está causalmente relacionada con una actuación exitosa en un puesto de trabajo,.. Las competencias pueden consistir en motivos, rasgos de carácter, conceptos de uno mismo, actitudes o valores” (Boyatzis, 1996).

Una persona es competente cuando sabe las cosas y puede resolver lo que encuentra. Por eso, una competencia es una capacidad adaptativa, cognitivo- conductual para responder a las demandas del entorno con cierto nivel de adecuación (Frade, 2008), es decir, lo que el sujeto hace es lo que se espera que realice en concordancia con lo que la sociedad señala como pertinente, y para lograrlo tiene que pensar, conocer, sentir y hacer al mismo tiempo.

Por ejemplo, en el Programa de Educación Preescolar 2004, se encuentra la competencia: “Utiliza los números en situaciones variadas que implican poner en juego los principios de conteo”. En este caso, se busca que cuando un niño la despliegue, no que lo haga porque exista un estímulo, como antes se pensaba y así lo señalaba el conductismo, sino porque lo que encuentra es una exigencia compleja ante la cual tiene que reflexionar y utilizar todos los conocimientos que posee para resolver. Así, cuando el pequeño va a la tienda, sabe qué hacer con diez pesos, además identifica lo que puede comprar con esta cantidad entre los diversos productos que encuentra en este entorno.

En un contexto mercantil como este último, que es diverso y complejo, las capacidades que usa son mayores que los saberes con los que cuenta, pero, además, la acción que realiza desarrollará la competencia de manera continúa; mientras más utilice los números en situaciones diferentes mayor será su capacidad de hacerlo.

Por esto, en la educación se ha adoptado el enfoque curricular por competencias, puesto que en el siglo XXI el conocimiento se produce a la velocidad de la luz, en virtud de que no existe cabeza humana que soporte la transmisión del local de los conocimientos acumulados a la fecha por la sociedad a las nuevas generaciones, es necesario adoptar un nuevo paradigma; el que está centrado en el desarrollo de las capacidades adaptativas y cognitivo conductuales que permitirá a los estudiantes salir adelante en la época que les tocará vivir; asunto que se centra en la construcción del desempeño frente a las diferentes exigencias que se presentan en el medio ambiente en que se desenvuelve (Frade 2008).

El sujeto que puede satisfacer las demandas que encuentra en el entorno ha interiorizado una serie de conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes, valores, percepciones, intuiciones, creencias, tradiciones, representaciones mentales de sí mismo (autoestima y autoconcepto), códigos y pautas culturales; de tal modo que, al poner en juego todos estos elementos juntos frente a la demanda que encuentra, la resuelve, cumpliendo con el requisito de adecuación establecido por la sociedad: considerarlo competente.

EVOLUCION DEL CONCEPTO DE COMPETENCIAS
Una guía excepcional para indagar la evolución filosófica, pedagógica, y política de la Educación en el mundo nos la brinda la UNESCO, a través de sus documentos e informes. Dos de estos informes son realmente esclarecedores, ya que recogen todas las corrientes filosóficas, pedagógicas y políticas de los países del mundo y proponen líneas de acción que profundicen la esencia del hecho educativo para todos los habitantes del planeta.

El primer informe titulado Aprender a Ser publicado en la década de los 70, o también llamado Informe Faure por el nombre del presidente de la comisión internacional que redactó el documento, marca ya una diferencia con respecto a la línea tradicional de la Educación. Tradicionalmente el hecho educativo ponía su acento en la instrucción y en la concepción de que el alumno era sujeto pasivo de la recepción de conocimientos que poseía el profesor que era quien administraba la educación. El Informe Aprender a Ser pone el acento no tanto en el educar sino en el aprender y por tanto convierte al estudiante en sujeto activo de su propio desarrollo.

El alumno es el centro del hecho educativo. El alumno debe aprender a ser persona, ciudadano, sujeto de derechos y deberes. Este informe incorpora como eje de la política educativa el concepto de Educación Permanente en el que todas las personas son sujetos para aprender durante toda la vida y pueden decidir qué, cómo y cuándo aprender.

El segundo informe se titula: La Educación Encierra un Tesoro y fue publicado en 1996. Es importante resaltar dos aspectos fundamentales del documento que tienen que ver con el tema, el primero habla de la filosofía de la Educación, entendiendo que ésta no es meramente un medio, un capital humano para el crecimiento económico, sino que el aprendizaje es esencial al desarrollo humano y por tanto es un fin en sí mismo. “La Educación debe facilitar a todos, lo antes posible el pasaporte para la vida, que le permitirá comprenderse mejor a sí mismo, entender a los demás y participar así en la obra colectiva y la vida en sociedad” (Delors 1996).

El segundo aspecto se refiere a los principios de la Educación: La educación a lo largo de la vida se basa en cuatro pilares:
·         Aprender a conocer, combinando una cultura general suficientemente amplia con la posibilidad de profundizar los conocimientos en un pequeño número de materias.
·         Aprender a hacer a fin de adquirir no solo una calificación profesional, sino más generalmente, una competencia que capacite al individuo para hacer frente a gran número de situaciones y a trabajar en equipo.
·         Aprender a vivir juntos desarrollando la comprensión del otro y la percepción de las formas de interdependencia respetando los valores del pluralismo, comprensión mutua y paz.
·         Aprender a ser para que florezca mejor la propia personalidad y se esté en condiciones de obrar con creciente capacidad de autonomía, de juicio y de responsabilidad personal.

Mientras los sistemas educativos formales propenden a dar prioridad a la adquisición de conocimientos, en detrimento de otras formas de aprendizaje, importa concebir la educación como un todo. En esta concepción deben buscar inspiración y orientación las reformas educativas, tanto en la elaboración de los programas como en la definición de las nuevas políticas pedagógicas. (Delors, 1996).

En este texto también se establecen algunos lineamientos fundamentales:
1. El Aprendizaje no es sólo cognitivo sino desarrollo de aptitudes, capacidades, competencias para hacer, ser y convivir;
2. Estas cuatro dimensiones del aprendizaje deben considerarse como un todo. No están aisladas en el hecho educativo sino que conforman una totalidad. Deben globalizarse los aprendizajes;
3. Estos aprendizajes están en función de una vida más plena, con más posibilidades y libertad, para la convivencia y para producir en equipo, para disfrutar del sentido estético, de las capacidades físicas, de lo espiritual;
4. El ser, el conocer, el hacer y el convivir se aprenden o se desarrollan y deben orientar las reformas educativas y los programas de estudio.

COMPETENCIAS PARA LA VIDA PLAN DE ESTUDIOS
El fundamento del enfoque por competencias es el desempeño entendido como la expresión concreta de los recursos que el individuo desarrolla cuando lleva a cabo una actividad, y resalta lo que el sujeto debe realizar en función de lo que sabe y no del conocimiento aislado. Desde esta perspectiva, lo importante no es la posesión de determinados conocimientos sino el uso que se haga de ellos.

El Plan de Estudio 2006 para Secundaria señala: “Una competencia implica un saber hacer (habilidades) con saber (conocimiento), así como la valoración de las consecuencias del impacto de ese hacer (valores y actitudes). En otras palabras, la manifestación de una competencia revela la puesta en juego de conocimientos, habilidades, actitudes y valores para el logro de propósitos en un contexto dado.

Además de “saber”, los alumnos deben aplicar los conocimientos en un contexto real, comprender lo aprendido y tener la capacidad de integrar los distintos aprendizajes, relacionarlos y utilizarlos de manera práctica en las posibles situaciones o contextos a los que se tenga que enfrentar.

La incorporación de las competencias en la educación Telesecundaria forma parte de las enseñanzas mínimas de la educación obligatoria, junto con los propósitos de cada asignatura, los contenidos y los criterios de evaluación. Por lo tanto, no sustituyen a los elementos que actualmente se incluyen en los contenidos curriculares sino que los complementan dentro de un enfoque integrador del mapa curricular.

El plan de estudio 2006 establece las competencias que contribuirán al logro del perfil de egreso y se desarrollarán en todas las asignaturas, procurando que se proporcionen oportunidades y experiencias de aprendizaje para los alumnos.

La siguiente lista de competencias fue establecida en el plan de estudios 2006.
A) Competencias para el aprendizaje permanente. Implica la posibilidad de aprender, asumir y dirigir el propio aprendizaje a lo largo de su vida, de integrarse a la cultura escrita y matemática, así como movilizar los diversos saberes culturales, científicos y tecnológicos para comprender la realidad.
B) Competencias para el manejo de información. Se relaciona con la búsqueda, evaluación y sistematización de información; pensar, reflexionar, argumentar y expresar juicios críticos; analizar, sintetizar y utilizar información. Manejar distintas lógicas de construcción del conocimiento en diversas disciplinas y ámbitos culturales.
C) Competencias para maniobrar situaciones. Son aquellas vinculadas con la posibilidad de organizar y diseñar proyectos de vida, considerando diversos aspectos como los sociales, culturales, ambientales, eco-nómicos, académicos y afectivos; tener iniciativa para llevarlos a cabo; administrar el tiempo; propiciar cambios y afrontar lo que se presente; tomar decisiones y asumir sus consecuencias; enfrentar el riesgo y la incertidumbre; plantear y alcanzar procedimientos o alternativas para la resolución de problemas y manejar el fracaso y la desilusión.
D) Competencias para la convivencia. Implica relacionarse armónicamente con otros y con la naturaleza; comunicarse con eficacia; trabajar en equipo; tomar acuerdos y negociar; crecer con los demás; manejar armónicamente las relaciones personales y emocionales; desarrollar la identidad personal; reconocer y valorar los elementos de la diversidad étnica, cultural y lingüística que caracterizan a nuestro país.
E) Competencias para la vida en sociedad. Se refiere a la capacidad para decidir y actuar con juicio crítico frente a los valores y las normas sociales y culturales; proceder en favor de la democracia, la paz, el respeto a la legalidad y a los derechos humanos; participar en las formas de trabajo en la sociedad, gobiernos y empresas; participar en el uso racional de las nuevas tecnologías; actuar con respeto ante la diversidad sociocultural; combatir la discriminación y el racismo, y manifestar una conciencia de pertenencia a la cultura del país y del mundo.

CONCLUSIONES
El concepto de competencia desde su aparición marcó un hito y llamó poderosamente la atención en distintos círculos, no sólo educativos, pues asociados a él estaban otros temas y conceptos muy complejos, tales como: habilidades, experiencia, actitudes, valores, saberes, procesos, entre otros, por lo que su manejo desde un principio no fue muy accesible.
De todo lo anterior se puede decir que los elementos esencialesde las competencias son: características o atributos personales: conocimientos, habilidades, aptitudes, rasgos de carácter, conceptos de uno mismo; están causalmente relacionadas con ejecuciones que producen resultados exitosos, se manifiestan en la acción; son características subyacentes a la persona que funcionan como un sistema interactivo y globalizador, como un todo inseparable que es superior y diferente a la suma de atributos individuales; logran resultados en diferentes contextos. Estos cuatro elementos son esenciales al concepto de competencia y no puede darse la misma si falta uno de éstos.

En suma, el enfoque curricular por competencias es un nuevo paradigma educativo, cuyo énfasis se encuentra en el desarrollo de las capacidades que requiere desarrollar del siglo XXI para salir adelante a lo largo de su vida. Busca construir el desempeño necesario frente a las demandas del entorno, por lo que no sólo se centra en construir y transmitir conocimientos, sino en cómo el sujeto los utiliza para vivir, adaptarse, superarse y transformar la sociedad en la que vive, asunto que requiere de la adaptación de nuestras propias competencias docentes al nuevo entorno que emerge de la globalización.

BIBLIOGRAFIA
Frade, Laura. (2009). Desarrollo de Competencias en el aula. Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos. Págs. 317 – 326.


Plan de estudios 2006. Educación básica. Secundaria. S.E.P. México, 2006.